Llegamos al frente de la presa de Ossoue (la pista, 9 km, ha empeorado desde la última vez, pero a pesar de las piedras y los pedruscos todo el mundo sube el coche). Cogemos las mochilas, nos ponemos las botas y las nubes siguen. Los de otros coches salen con el gore puesto...pero no llueve así que para arriba.
No nos quitamos de la cabeza el intento al Gavarnie de hace tres años, cuando la lluvia nos acompañó desde la cola del embalse hasta que se convirtió en nieve poco más arriba de la cuevas de Bellevue. Aquella vez, justo antes de entrar en el glaciar, empapados, helados y sin ver más allá de unos metros decidimos darnos la vuelta. Hoy podría repetirse, pero ya que hemos venido hasta aquí hay que intentarlo, si acaso ya nos calentaremos después con la excelente comida de la Gite.
El Montferrat, izquierda, a primeros de agosto hace unos años, con más nieve y menos nubes
Fecha: 07-07-2012
Montañeros: 3
Distancia (Ida y vuelta): 17,11 km
Desnivel (positivo): 1.604 m
Duración (ida y vuelta): 9 h 20 min
Dificultad: Moderada incrementada por la falta de visibilidad. (Paso del glaciar y orientación en el mismo en condiciones de niebla. Cresta aérea entre el Central y el Montferrat aunque con buena roca. Arista Oriental de bajada del Montferrat deshecha, muy pronunciada y con pocos rastros de camino o hitos, probablemente orientación evidente con visibilidad).
Track: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=3056729
Dejamos el coche en el "parking", un poco más abajo del frente del embalse. Son las 7:30 de la mañana pero ya hay un buen número de coches, suponemos que muchos habrán subido el día anterior al refugio de Bayssellance. Un par de grupos comienzan la marcha mientras nosotros nos preparamos.
El camino, según dejamos el parking, se mantiene paralelo al embalse y se dirige por senda muy marcada (GR) hacia el fondo del valle. Se nota que hasta las cuevas de Bellevue coinciden tanto el camino habitual hacia el Vignemale, gran parte de los accesos normales a las cimas que rodean el Glaciar de Ossoue y el GR hasta el refugio de Bayssellance, así que no tendremos perdida.
Primeros indicadores
Nos dirigimos al fondo del valle. Las nubes nos acompañaran todo el recorrido
Pasarela a cruzar al final del valle
Aspecto del sendero en sus primeros tramos
Entre los "hitos de la ruta" está una cascada, fotografía indispensable, en el arroyo que queda a nuestra derecha y el paso del puente de nieve sobre uno de los torrentes que baja a nuestra izquierda, cuando pasamos nosotros el puente aún se mantenía, de no mantenerse habrá que dar un poco más de vuelta, bajando incluso al arroyo para poder pasar sin problemas.
Cascada
Zona del puente de nieve. En está época del año aún persiste.
Viata atrás. Se aprecia el sendero y el puente de nieve
Tras pasar el contrafuerte que desciende del Montferrat (es posible subir o bajar por él hasta su cima) nos encontramos la segunda bajada, cruzamos el torrente que baja del glaciar de Ossoue y retomamos la subida que nos dejará junto a las cuevas de Bellevue (2.420 m; 1 h 30 min).
Desde donde estamos ya se aprecia la parte baja del glaciar (parte de la morrena y los canchales previos al glaciar) y ya está claro, las nubes están a unos 2.500 m y aunque de momento no llueve, el día está cerrado y ya nos imaginamos que la visibilidad va a ser nula en el glaciar.
Una de las cuevas de Bellevue. Aunque dentro hay bastante humedad te pueden sacar de un apuro
Nos paramos en la puerta de una de las cuevas y comemos algo. Desde este punto vemos gente que a pesar del día sube y nos encontramos con otros que bajan, pero no sabemos si es que han abandonado el intento o han dormido en Bayssellance y su plan para hoy es simplemente bajar al coche. Nosotros decidimos subir, pero cambiando el plan inicial por asegurar alguna cima.
Nuestra idea inicial era bordear el glaciar hacia nuestra izquierda por su parte baja hasta acceder al contrafuerte que baja de Montferrat y ascender por él hasta su cima para luego encadenar el Central y el Cerbillona. En cambio, sobre la marcha, decidimos seguir la ruta normal por el glaciar, que suponemos más fácil de seguir, hasta la vertical del Vignemale y desde ahí al Col de Cerbillona para al menos hacer esta cima. Y luego, las condiciones del día dirán.
Así que seguimos por el camino marcado, dejando a nuestra derecha el desvío (cartel) al refugio de Baysselance. Vamos subiendo por la morrena y dejando atrás a algún grupito que se resguarda entre las rocas, suponemos que esperando a ver como evoluciona el tiempo.
Cruce hacia Baysellance, lo dejamos a nuestra derecha.
Por la pedrera. La nube ya está cerca
Pasada la pedrera entramos en la zona de canchales y rocas pulidas por el glaciar donde hay múltiples líneas de hitos. En esta época del año la nieve aún persiste en la zona del glaciar bajo el Petit y Chausenque (más entrado el verano las grietas de esta zona complicarán sobremanera la ascensión) así que vemos algunos montañeros que se sacan fotos sobre la nieve, pero no sabemos si irán a subir.
Acercándonos al glaciar. Todavía es posible subir por la lengua de nieve que se aprecia a la derecha. Nosotros nos vamos hacia la izquierda buscando el centro del glaciar
Nosotros descartamos esta vía, y nos vamos por la subida clásica en verano, siguiendo la línea de hitos que nos lleva algo a la izquierda del centro del frente del glaciar. En esta zona cuando va pasando el verano va aflorando el hielo, pero de momento la nieve facilita el acceso a la pendiente del frente del glaciar así que, imitando a un grupo de unos cuatro franceses encordados que ya echan andar, nos ponemos los crampones y entramos en la nieve.
Al principio seguimos la huella que van dejando los franceses, a los que no vemos por la nube. Su huella sube en diagonal hacia la izquierda (a la tarde veremos que se trataba de evitar la zona central más pelada de nieve y con pequeñas grietas) para en un momento dado, en lo más pendiente del glaciar, iniciar la subida directa y tras unos cuantos metros, girar a la derecha para cruzar por unas rocas que afloran entre la nieve.
Aquí nos liamos, no recordamos esas rocas de anteriores ocasiones y, sin referencias visuales, decidimos seguir subiendo directos. Y subimos durante un rato, sin que la pendiente se modere, y con algunas rocas a nuestra izquierda, aunque no sabemos cuántas ya que apenas se ve. Pero los tres recordamos que el glaciar, tras una primera pendiente bastante fuerte, se suaviza y deja de presentar problemas y eso no nos lo estábamos encontrando. Así que miro el GPS y la impresión es que nos hemos ido demasiado hacia la izquierda, y estamos casi bajo el Montferrat. Puede que en otras condiciones de visibilidad hubiéramos optado por seguir, incluso por pasar a la roca, pero hoy no sabemos donde nos estamos metiendo y decidimos asegurar volviendo sobre nuestros pasos hasta volver al punto donde abandonamos la huella de los franceses.
Visto (o no visto) lo visto mantengo el GPS a mano. La huella va bien dirigida, pasa un par de zonas donde aflora la roca, cruzándolas en ascensión hacia nuestra derecha. En seguida el glaciar modera la pendiente y ya nos tranquiliza un poco, esto es más como lo recordamos. Seguimos avanzando con deriva hacia la derecha y cuando llegamos a la Brecha de Gaube la nube se abre algo y nos permite ver tanto el inicio del corredor como la pared del Vignemale.
Brecha de Gaube...
...y el Vignemale. No se ve mucho, pero al menos nos sirve para orientarnos.
Las nubes se mantendrán así un rato, así que nos orientamos dejando a la derecha la pared del Vignemale y dirigiéndonos al Norte, paralelos a esta pared, hacia el Col de Cerbillona que a ratos se muestra. Ya casi en el col pasamos junto a las cuevas de Russell. Una cuerda fija trata de permitir el acceso a las mismas, pero el glaciar está tan abajo que solo la curiosidad no justifica la trepada.
Cuevas de Russell. A su izquierda se intuye el Collado de Cerbillona
Al Col de Cerbillona (2.195 m; 4 h 15 min) accedemos sin problemas desde el glaciar. Desde aquí miramos a nuestra izquierda el redondeado lomo, prácticamente limpio de nieve que nos conduce por rastros de senda a la cima del primer pico del día y nuestro primer tresmil de la temporada, el Pico Cerbillona (3.247 m, 5h 30 min).
En el Col de Cerbillona. El día nos da un respiro y nos muestra la cuesta hacia el Cerbillona
Llegando a la cumbre del Cerbillona
Cerbillona (desde el Vignemale) y Col de Cerbillona a su derecha
Las nubes juegan con el Vignemale y nos permiten alguna foto. También nos animan, parece que se retiran y no hace viento. Decidimos seguir por la cresta, hasta donde lleguemos.
El Vignemale se asoma entre las nubes
Del Cerbillona al Central apenas hay distancia, una pequeña bajada, una nueva subida, todo andando, y ya estamos. Pico Central (3.235 m; 4 h 50 min). Las nubes no se van, es más, parece que se cierran, pero es pronto, decidimos seguir ya que aunque no veamos, la cresta que sigue hacia el Montferrat no tiene pérdida.
Bajando por la amplia cresta hacia el Central...
...y últimos metros de subida. Ya estamos en el Central
La cresta entre estas dos cimas, al menos hasta casi la mitad de su recorrido, tiene pinta de ser aérea, en algunos puntos con caídas a ambos lados (y digo "pinta" ya que la nube no nos permite ver demasiado pero está claro que en algunos puntos se estrecha y el patio lo damos por sentado), en otros hay que echar las manos para salvar algún pequeño corte o alguna roca, generalmente por el lado del glaciar, pero en todo momento la roca es firme, así que las sensaciones son buenas. La mayor incertidumbre nos la sigue poniendo el hecho de no ver más que unos pocos metros frente a nosotros y alguna que otra ráfaga de viento, que asusta en las zonas más aéreas.
Primeros metros del Central hacia el Montferrat. La cresta aún es amplia
Aspecto de la cresta, mirada a mis espaldas, pasada la zona más aguda.
Toda la cresta y el Montferrat vistos desde el Vignemale. Es un buen recorrido
Pasado ese primer tercio de la cresta la dificultad decrece, la cresta pierde algo de altura pero inmediatamente retomamos la subida, ya prácticamente andando hasta la cima del Montferrat. Nos encontramos un primer gran hito, altura según GPS 3.218 m, y según topopirineos la cima, Montferrat (3.219 m; 5 h 30 min). Pero si seguimos, a pocos metros se ve otra punta, con otro gran hito, según mi GPS 3.221 m ¿es ésta la cima? Da igual, hemos estado en las dos, así que objetivo cumplido.
Montferrat.
En la foto se ve que no se veía mucho, así que nos planteamos que hacer, desandar lo andado lo que implica más recorrido para las piernas o bajar por la arista del Montferrat hacia el glaciar (ojo, arista NE, continuar avanzando nos llevaría por la arista SE hacia el Tapou, Milleu...). Consulto el GPS (gracias Txindoki68 por el track), el camino sale de la primera de las puntas, vamos hacia allá y vemos un tímido rastro de senda que baja en zigzag por la ladera. Como coincide plenamente con el track, pese a no ver donde nos estamos metiendo, decidimos bajar.
Los primeros metros el rastro de senda nos lleva bien. Pero pronto desaparece el rastro, o lo perdemos, así que quedamos guiándonos por el GPS, con su incertidumbre asociada. La ladera se va haciendo más pronunciada y más deshecha, mientras bajamos intentando mantener la dirección que nos marca el GPS las piedras ruedan camino del glaciar que imaginamos está abajo.
A nuestra izquierda aparece un gran hito, justo en la salida de una estrecha y corta canal. Pasamos junto al hito y nos metemos en la canal, un primer corto destrepe y tras unos pocos metros encajonados la abandonamos por nuestra derecha, saliendo de nuevo a una ladera empinada y descompuesta.
Canal estrecha, vista desde abajo, por la que descendemos.
La canal pasa a ser una especie de dorsal rocosa pero con roca que se va según la pisas. A ratos bajamos por la ladera manteniendo la dorsal a nuestra izquierda, a ratos por esa dorsal, buscando siempre el terreno más practicable, menos deshecho. No vemos hitos ni rastros de camino, así que viendo delante de nosotros tan solo unos pocos metros la incertidumbre es grande.
En un momento dado la dorsal de nuestra izquierda vuelve a hacerse canal así que abandono la ladera y me meto a explorar, por si es mejor camino. Error. No hay ni una sola piedra firme, las que desplazo con los pies dejan al aire una colocada más arriba del tamaño de una maleta que cae por la canal sin impedimento ninguno, me quito del medio como puedo y dejo que tras ella sigan otras de menor tamaño. Cuando el fondo de la canal deja de moverse trepo lo que había descendido y me vuelvo a la ladera, por la que seguimos bajando manteniendo la dirección.
Pronto vemos el glaciar algo más abajo, aunque desde donde estamos no sabemos como acceder a él, ya que la pared parece bastante pulida. Afortunadamente las nubes se mueven y nos dejan ver donde estamos, incluso en algún momento se ve el punto por donde entramos al glaciar a la mañana. Si seguimos por la arista llegaremos a una zona de roca firme, luego se tratará de buscar un paso a la nieve o seguir por la arista hasta salvar el glaciar pasando a la zona de canchales, lo que mejor veamos. Aquí ya respiramos aliviados, las nubes por fin nos han permitido orientarnos y saber que nos espera por delante.
Desde la arista, ya casi a la altura del glaciar. Se trata de buscar el mejor recorrido entre el hielo y la roca.
Por tanto seguimos caminando por la arista, hasta llegar a un punto donde la nieve del glaciar está a la altura de la roca, nos ponemos los crampones y, como el glaciar aquí tiene mucha pendiente, trazamos una diagonal hacia la izquierda, hacia una zona de canchales que desciende hacia el frente del glaciar y que nos permite salvar la zona de mayor pendiente. Unas veces por la nieve otras por los canchales salvamos la zona baja del glaciar y acabamos confluyendo con el camino de subida cerca de donde nos pusimos los crampones a la mañana.
Hemos bajado por el glaciar desde la linea de rocas de la izquierda de la foto. Aunque no se aprecia, el glaciar a nuestros pies ha suavizado la pendiente y el avance es ya como por un nevero
Desde aquí, y ya fuera de la nube, nos queda desandar el camino por los canchales y la morrena hasta las cuevas de Bellevue y seguir por el marcado sendero hasta la presa de Ossoue. De vez en cuando miramos atrás para intentar descubrir el camino que hemos seguido en la bajada, pero el Montferrat se muestra esquivo y su parte alta sigue entre las nubes. Menos mal que no siempre hace mal tiempo en el Vignemale y tengo algunas fotos de otras ascensiones (el Petit, el Vignemale...) para ilustrar el día, aunque siempre quedarán zonas sin fotos, como el recorrido por el glaciar.
Por la zona de canchales. El día comienza a abrir (ya era hora)
El Montferrat entre las nubes, no nos mostrará en la bajada un perfil menos cubierto. Se intuye el contrafuerte por el que hemos bajado hasta la zona de nieve más baja que se ve en la foto
Por último, el mapa, la altimetría y fotos sacadas en días, o momentos, con algo más de sol...
Fotos:
El Montferrat, desde el Petit Vignemale
Las morrenas, los canchales, el glaciar, Montferrat, Petit, Espalda de Chausenque...todo lo que en este día de niebla no pudimos ver visto desde la subida al Petit Vignemale
Todo lo anterior desde el sendero...
...y en primer plano el torrente que escapa del glaciar.
Cuevas Russell.
A última hora las nubes iban levantando. Sobre el glaciar progresaban algunos montañeros
Cascadas vistas desde el sendero
Con esta foto despedimos el día, ya en la presa de Ossoue. Las nubes se han abierto, ha salido el sol y nos dejan este horizonte espectacular.