lunes, 13 de agosto de 2012

Cerbillona, Central y Montferrat en un día de niebla

Cuando salimos de Le Gypaëte en Gavarnie la nube estaría a unos 2500 m de altura. Vamos subiendo por el valle de Ossoue en coche, por la pista que se coge unos metros más arriba de Gavarnie, en la carretera que lleva al Col de Tentes, y las nubes no levantan.

Llegamos al frente de la presa de Ossoue (la pista, 9 km, ha empeorado desde la última vez, pero a pesar de las piedras y los pedruscos todo el mundo sube el coche). Cogemos las mochilas, nos ponemos las botas y las nubes siguen. Los de otros coches salen con el gore puesto...pero no llueve así que para arriba.

No nos quitamos de la cabeza el intento al Gavarnie de hace tres años, cuando la lluvia nos acompañó desde la cola del embalse hasta que se convirtió en nieve poco más arriba de la cuevas de Bellevue. Aquella vez, justo antes de entrar en el glaciar, empapados, helados y sin ver más allá de unos metros decidimos darnos la vuelta. Hoy podría repetirse, pero ya que hemos venido hasta aquí hay que intentarlo, si acaso ya nos calentaremos después con la excelente comida de la Gite.  

El Montferrat, izquierda, a primeros de agosto hace unos años, con más nieve y menos nubes

Recorrido: Embalse de Ossoue - Cuevas de Bellevue - Glaciar de Ossoue - Grutas Russell - Collado de Cerbillona - Pico Cerbillona (3.247 m) - Pico Central (3.200 m) - Montferrat (3.219 m) - Arista Oriental - Glaciar de Ossoue - Cuevas Bellevue - Embalse de Ossoue
Fecha: 07-07-2012
Montañeros: 3
Distancia (Ida y vuelta): 17,11 km
Desnivel (positivo): 1.604 m
Duración (ida y vuelta): 9 h 20 min
Dificultad: Moderada incrementada por la falta de visibilidad. (Paso del glaciar y orientación en el mismo en condiciones de niebla. Cresta aérea entre el Central y el Montferrat aunque con buena roca. Arista Oriental de bajada del Montferrat deshecha, muy pronunciada y con pocos rastros de camino o hitos, probablemente orientación evidente con visibilidad).
Track: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=3056729

Dejamos el coche en el "parking", un poco más abajo del frente del embalse. Son las 7:30 de la mañana pero ya hay un buen número de coches, suponemos que muchos habrán subido el día anterior al refugio de Bayssellance. Un par de grupos comienzan la marcha mientras nosotros nos preparamos.

El camino, según dejamos el parking, se mantiene paralelo al embalse y se dirige por senda muy marcada (GR) hacia el fondo del valle. Se nota que hasta las cuevas de Bellevue coinciden tanto el camino habitual hacia el Vignemale, gran parte de los accesos normales a las cimas que rodean el Glaciar de Ossoue y el GR hasta el refugio de Bayssellance, así que no tendremos perdida.

Primeros indicadores
Nos dirigimos al fondo del valle. Las nubes nos acompañaran todo el recorrido

Al fondo del valle nos encontramos una pasarela sobre el arroyo, la cruzamos y según la cruzamos el camino comienza a subir. Alternamos zonas de pendiente tendida con zigzags para salvar algún que otro escalón e incluso una bajada cuyo desnivel habremos de recuperar.

Pasarela a cruzar al final del valle

Aspecto del sendero en sus primeros tramos

Entre los "hitos de la ruta" está una cascada, fotografía indispensable, en el arroyo que queda a nuestra derecha y el paso del puente de nieve sobre uno de los torrentes que baja a nuestra izquierda, cuando pasamos nosotros el puente  aún se mantenía,  de no mantenerse habrá que dar un poco más de vuelta, bajando incluso al arroyo para poder pasar sin problemas.

Cascada

Zona del puente de nieve. En está época del año aún persiste.

Viata atrás. Se aprecia el sendero y el puente de nieve


Tras pasar el contrafuerte que desciende del Montferrat (es posible subir o bajar por él hasta su cima) nos encontramos la segunda bajada, cruzamos el torrente que baja del glaciar de Ossoue y retomamos la subida que nos dejará junto a las cuevas de Bellevue (2.420 m; 1 h 30 min).


Desde donde estamos ya se aprecia  la parte baja del glaciar (parte de la morrena y los canchales previos al glaciar) y ya está claro, las nubes están a unos 2.500 m y aunque de momento no llueve, el día está cerrado y ya nos imaginamos que la visibilidad va a ser nula en el glaciar.

Una de las cuevas de Bellevue. Aunque dentro hay bastante humedad te pueden sacar de un apuro

Nos paramos en la puerta de una de las cuevas y comemos algo. Desde este punto vemos gente que a pesar del día sube y nos encontramos con otros que bajan, pero no sabemos si es que han abandonado el intento o han dormido en Bayssellance y su plan para hoy es simplemente bajar al coche. Nosotros decidimos subir, pero cambiando el plan inicial por asegurar alguna cima.

Nuestra idea inicial era bordear el glaciar hacia nuestra izquierda por su parte baja hasta  acceder al contrafuerte que baja de Montferrat y ascender por él hasta su cima para luego encadenar el Central y el Cerbillona. En cambio, sobre la marcha, decidimos seguir la ruta normal por el glaciar, que suponemos más fácil de seguir, hasta la vertical del Vignemale y desde ahí al Col de Cerbillona para al menos hacer esta cima. Y luego, las condiciones del día dirán.

Así que seguimos por el camino marcado, dejando a nuestra derecha el desvío (cartel) al refugio de Baysselance. Vamos subiendo por la morrena y dejando atrás a algún grupito que se resguarda entre las rocas, suponemos que esperando a ver como evoluciona el tiempo.

Cruce hacia Baysellance, lo dejamos a nuestra derecha.

Por la pedrera. La nube ya está cerca

Pasada la pedrera entramos en la zona de canchales y rocas pulidas por el glaciar donde hay múltiples líneas de hitos. En esta época del año la nieve aún persiste en la zona del glaciar bajo el Petit y Chausenque (más entrado el verano las grietas de esta zona complicarán sobremanera la ascensión) así que vemos algunos montañeros que se sacan fotos sobre la nieve, pero no sabemos si irán a subir.

Acercándonos al glaciar. Todavía es posible subir por la lengua de nieve que se aprecia a la derecha. Nosotros nos vamos hacia la izquierda buscando el centro del glaciar

Nosotros descartamos esta vía, y nos vamos por la subida clásica en verano, siguiendo la línea de hitos que nos lleva algo a la izquierda del centro del frente del glaciar. En esta zona cuando va pasando el verano va aflorando el hielo, pero de momento la nieve facilita el acceso a la pendiente del frente del glaciar así que, imitando a un grupo de unos cuatro franceses encordados que ya echan andar, nos ponemos los crampones y entramos en la nieve.

Al principio seguimos la huella que van dejando los franceses, a los que no vemos por la nube. Su huella sube en diagonal hacia la izquierda (a la tarde veremos que se trataba de evitar la zona central más pelada de nieve y con pequeñas grietas) para en un momento dado, en lo más pendiente del glaciar, iniciar la subida directa y tras unos cuantos metros, girar a la derecha para cruzar por unas rocas que afloran entre la nieve.

Aquí nos liamos, no recordamos esas rocas de anteriores ocasiones y, sin referencias visuales, decidimos seguir subiendo directos. Y subimos durante un rato, sin que la pendiente se modere, y con algunas rocas a nuestra izquierda, aunque no sabemos cuántas ya que apenas se ve. Pero los tres recordamos que el glaciar, tras una primera pendiente bastante fuerte, se suaviza y deja de presentar problemas y eso no nos lo estábamos encontrando.  Así que miro el GPS y la impresión es que nos hemos ido demasiado hacia la izquierda, y estamos casi bajo el Montferrat.  Puede que en otras condiciones de visibilidad hubiéramos optado por seguir, incluso por pasar a la roca, pero hoy no sabemos donde nos estamos metiendo y decidimos asegurar volviendo sobre nuestros pasos hasta volver al punto donde abandonamos la huella de los franceses.

Visto (o no visto) lo visto mantengo el GPS a mano. La huella va bien dirigida, pasa un par de zonas donde aflora la roca, cruzándolas en ascensión hacia nuestra derecha. En seguida el glaciar modera la pendiente y ya nos tranquiliza un poco, esto es más como lo recordamos. Seguimos avanzando con deriva  hacia la derecha y cuando llegamos a la Brecha de Gaube la nube se abre algo y nos permite ver tanto el inicio del corredor como la pared del Vignemale.

  Brecha de Gaube...

...y el Vignemale. No se ve mucho, pero al menos nos sirve para orientarnos.

Las nubes se mantendrán así un rato, así que nos orientamos dejando a la derecha la pared del Vignemale y dirigiéndonos al Norte, paralelos a esta pared, hacia el Col de Cerbillona que a ratos se muestra. Ya casi en el col pasamos junto a las cuevas de Russell. Una cuerda fija trata de permitir el acceso a las mismas, pero el glaciar está tan abajo que solo la curiosidad no justifica la trepada.            

Cuevas de Russell. A su izquierda se intuye el Collado de Cerbillona

Al Col de Cerbillona (2.195 m; 4 h 15 min) accedemos sin problemas desde el glaciar. Desde aquí miramos a nuestra izquierda el redondeado lomo, prácticamente limpio de nieve que nos conduce por rastros de senda a la cima del primer pico del día y nuestro primer tresmil de la temporada, el Pico Cerbillona (3.247 m, 5h 30 min).

En el Col de Cerbillona. El día nos da un respiro y nos muestra la cuesta hacia el Cerbillona

Llegando a la cumbre del Cerbillona

Cerbillona (desde el Vignemale) y Col de Cerbillona a su derecha

Las nubes juegan con el Vignemale y nos permiten alguna foto. También nos animan, parece que se retiran y no hace viento. Decidimos seguir por la cresta, hasta donde lleguemos.

El Vignemale se asoma entre las nubes

Del Cerbillona al Central apenas hay distancia, una pequeña bajada, una nueva subida, todo andando, y ya estamos. Pico Central (3.235 m; 4 h 50 min). Las nubes no se van, es más, parece que se cierran, pero es pronto, decidimos seguir ya que aunque no veamos, la cresta que sigue hacia el Montferrat no tiene pérdida.

Bajando por la amplia cresta hacia el Central...

...y últimos metros de subida. Ya estamos en el Central

La cresta entre estas dos cimas, al menos hasta casi la mitad de su recorrido, tiene pinta de ser aérea, en algunos puntos con caídas a ambos lados (y digo "pinta" ya que la nube no nos permite ver demasiado pero está claro que en algunos puntos se estrecha y el patio lo damos por sentado), en otros hay que echar las manos para salvar algún pequeño corte o alguna roca, generalmente por el lado del glaciar, pero en todo momento la roca es firme, así que las sensaciones son buenas. La mayor incertidumbre nos la sigue poniendo el hecho de no ver más que unos pocos metros frente a nosotros y alguna que otra ráfaga de viento, que asusta en las zonas más aéreas.

Primeros metros del Central hacia el Montferrat. La cresta aún es amplia

Aspecto de la cresta, mirada a mis espaldas, pasada la zona más aguda.

Toda la cresta y el Montferrat vistos desde el Vignemale. Es un buen recorrido


Pasado ese primer tercio de la cresta la dificultad decrece, la cresta pierde algo de altura pero inmediatamente retomamos la subida, ya prácticamente andando hasta la cima del Montferrat. Nos encontramos un primer gran hito, altura según GPS 3.218 m, y según topopirineos la cima, Montferrat  (3.219 m; 5 h 30 min). Pero si seguimos, a pocos metros se ve otra punta, con otro gran hito, según mi GPS 3.221 m ¿es ésta la cima? Da igual, hemos estado en las dos, así que objetivo cumplido.

Montferrat.

En la foto se ve que no se veía mucho, así que nos planteamos que hacer, desandar lo andado lo que implica más recorrido para las piernas o bajar por la arista del Montferrat  hacia el glaciar (ojo, arista NE, continuar avanzando nos llevaría por la arista SE hacia el Tapou, Milleu...).  Consulto el GPS (gracias Txindoki68 por el track), el camino sale de la primera de las puntas, vamos hacia allá y vemos un tímido rastro de senda que baja en zigzag por la ladera. Como coincide plenamente con el track, pese a no ver donde nos estamos metiendo, decidimos bajar.
   
Los primeros metros el rastro de senda nos lleva bien. Pero pronto desaparece el rastro, o lo perdemos, así que quedamos guiándonos por el GPS, con su incertidumbre asociada. La ladera se va haciendo más pronunciada y más deshecha, mientras bajamos intentando mantener la dirección que nos marca el GPS las piedras ruedan camino del glaciar que imaginamos está abajo.
 
A nuestra izquierda aparece un gran hito, justo en la salida de una estrecha y corta canal. Pasamos junto al hito y nos metemos en la canal, un primer corto destrepe y tras unos pocos metros encajonados la abandonamos por nuestra derecha, saliendo de nuevo a una ladera empinada y descompuesta.

Canal estrecha, vista desde abajo, por la que descendemos.

La canal pasa a ser una especie de dorsal rocosa pero con roca que se va según la pisas. A ratos bajamos por la ladera manteniendo la dorsal a nuestra izquierda, a ratos por esa dorsal, buscando siempre el terreno más practicable, menos deshecho.  No vemos hitos ni rastros de camino, así que viendo delante de nosotros tan solo unos pocos metros la incertidumbre es grande.

En un momento dado la dorsal de nuestra izquierda vuelve a hacerse canal así que abandono la ladera y me meto a explorar, por si es mejor camino. Error. No hay ni una sola piedra firme, las que desplazo con los pies dejan al aire una colocada más arriba del tamaño de una maleta que cae por la canal sin impedimento ninguno, me quito del medio como puedo y dejo que tras ella sigan otras de menor tamaño. Cuando el fondo de la canal deja de moverse trepo lo que había descendido y me vuelvo a la ladera, por la que seguimos bajando manteniendo la dirección.

Pronto vemos el glaciar algo más abajo, aunque desde donde estamos no sabemos como acceder a él, ya que la pared parece bastante pulida. Afortunadamente las nubes se mueven y nos dejan ver donde estamos, incluso en algún momento se ve el punto por donde entramos al glaciar a la mañana. Si seguimos por la arista llegaremos a una zona de roca firme, luego se tratará de buscar un paso a la nieve o seguir por la arista hasta salvar el glaciar pasando a la zona de canchales, lo que mejor veamos. Aquí ya respiramos aliviados, las nubes por fin nos han permitido orientarnos y saber que nos espera por delante.

Desde la arista, ya casi a la altura del glaciar. Se trata de buscar el mejor recorrido entre el hielo y la roca.

Por tanto seguimos caminando por la arista, hasta llegar a un punto donde la nieve del glaciar está a la altura de la roca, nos ponemos los crampones y, como el glaciar aquí tiene mucha pendiente,  trazamos una diagonal hacia la izquierda, hacia una zona de canchales que desciende hacia el frente del glaciar y que nos permite salvar la zona de mayor pendiente. Unas veces por la nieve otras por los canchales salvamos la zona baja del glaciar y acabamos confluyendo con el camino de subida cerca de donde nos pusimos los crampones a la mañana.

Hemos bajado por el glaciar desde la linea de rocas de la izquierda de la foto. Aunque no se aprecia, el glaciar a nuestros pies ha suavizado la pendiente y el avance es ya como por un nevero

Desde aquí, y ya fuera de la nube, nos queda desandar el camino por los canchales y la morrena hasta las cuevas de Bellevue y seguir por el marcado sendero hasta la presa de Ossoue.  De vez en cuando miramos atrás para intentar descubrir el camino que hemos seguido en la bajada, pero el Montferrat se muestra esquivo y su parte alta sigue entre las nubes. Menos mal que no siempre hace mal tiempo en el Vignemale y tengo algunas fotos de otras ascensiones (el Petit, el Vignemale...) para ilustrar el día, aunque siempre quedarán zonas sin fotos, como el recorrido por el glaciar.

Por la zona de canchales. El día comienza a abrir (ya era hora)

   El Montferrat entre las nubes, no nos mostrará en la bajada un perfil menos cubierto. Se intuye el contrafuerte por el que hemos bajado hasta la zona de nieve más baja que se ve en la foto

Por último, el mapa, la altimetría y fotos sacadas en días, o momentos, con algo más de sol...




Fotos:

El Montferrat, desde el Petit Vignemale

Las morrenas, los canchales, el glaciar, Montferrat, Petit, Espalda de Chausenque...todo lo que en este día de niebla no pudimos ver visto desde la subida al Petit Vignemale

Todo lo anterior desde el sendero...

...y en primer plano el torrente que escapa del glaciar.

Cuevas Russell.

A última hora las nubes iban levantando. Sobre el glaciar progresaban algunos montañeros

Cascadas vistas desde el sendero

Con esta foto despedimos el día, ya en la presa de Ossoue. Las nubes se han abierto, ha salido el sol y nos dejan este horizonte espectacular.

viernes, 13 de julio de 2012

Collarada, desde la Trapa

Seguimos tachando dosmiles en los Pirineos. Y tachamos aquellos a los que tenemos ganas, y entre ellos no podía faltar el Collarada. ¿Por qué le tenemos ganas? Supongo que, como a tantas otras cumbres, porque destaca. Es un monte relativamente aislado y mires desde donde mires su cumbre redondeada y blanca (a veces incluso parece nevada) nos sirve de referencia, si además a eso le sumas su altura (2.886 m) ya tenemos dos excusas, no necesitamos más, de hecho, con una nos habría valido.

El Collarada, visto desde la ruta...

...e impresionante visto desde la Pala de Ip

Recorrido:Refugio de la Trapa- Collarada (2.886 m)- Refugio de la Trapa
Fecha: 01-07-2012
Montañeros: 2
Distancia (Ida y vuelta): 7,9 km
Desnivel (positivo): 1.170 m
Duración (ida y vuelta): 4 h 45 min (no incluye la duración del recorrido en 4x4)
Dificultad: Fácil. Trepada sin dificultad en los accesos a la cumbre.
Track: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=3031024 

El camino al Collarada, subas de Villanúa o por el embalse de Ip presenta ese desnivel de los montes importantes, mucho desnivel para un domingo en el que queremos volver pronto a casa (el lunes hay que trabajar y además, la selección juega la final). Así que hacemos trampa, y nos aprovechamos del servicio de 4x4, por supuesto de pago, que ha puesto el Ayto. de Villanúa (info en www.villanua.net) y que tras 45 minutos de traqueteos por una pista en bastante mal estado nos deja a eso de las 8:15 de la mañana a unos 1700 m de altitud, al lado del refugio de la Trapa.

Aquí nos deja el 4x4, junto al Camino Viejo que sube desde Villanúa

Somos los únicos en el 4x4 y el conductor nos debe de ver algo perdidos, así que cuando nos bajamos nos pregunta, todo amabilidad, si sabemos el camino. Llevo el topopirineos en el GPS y del camino sabemos que es “noreste todo para arriba” pero cualquier indicación siempre es bienvenida, que generalmente lo que cuesta es iniciar el camino y muchas veces la liamos nada más empezar a andar. Y reconozco que las indicaciones nos vinieron muy bien.

El sendero comienza justo al lado del refugio, hay un cartel indicador y marcas amarillas y blancas de PR. A los pocos metros unos hitos nos obligan a salirnos del camino, muy marcado, (según el conductor aquí la gente se lía y sigue para delante), y a fijarnos que las abundantes marcas de PR también lo abandonan entre unos pinos y luego cruzando un prado hacia un achar, paso por un corte, en la pared caliza prácticamente en la vertical del refugio.

Visto desde fuera de la ruta, el refugio de la Trapa y el achar en la muralla caliza

Señalización junto al refugio

Las marcas de PR se van elevando directas hacia el achar, primero lo abordan por nuestra izquierda y luego, en una serie de pasos asegurados con cadena, el camino va ascendiendo hacia la derecha para salir a un prado.

Ya casi estamos en el achar. El sendero va primero hacia la izquierda para cruzar a media altura hacia la canal de la derecha.


Subiendo. La cadena y las marcas de PR nos indican el camino

En el prado las marcas de PR desaparecen, pero aparece el  Collarada y la subida será directa. Seguimos de frente por el prado, atravesamos una pequeña depresión entre rocas calizas, y comenzamos a subir por prado. A nuestra derecha, algo alejado, se ve un refugio pero no nos acercamos ya que nos aleja del objetivo.

Acabamos de salir al prado y ya tenemos a la vista el Collarada

La pendiente, a veces llevadera a veces no, nos va a acompañar ya hasta la cima. Este es un monte sin descansos y en un buen día de verano y calor tiene que ser mortal, nosotros tuvimos suerte y algunas nubes nos protegieron del sol en la subida y se retiraron para dejarnos sacar buenas fotos en la bajada.
En esta zona no vemos hitos, pero vamos buscando una depresión en el prado, justo en línea con la cima, paralela a ella se intuye una manguera que baja. Al principio atacamos directos la cuesta, pero poco a poco vamos metiendo zigzags y al final, cuando el prado toma una mayor pendiente, nos vamos hacia nuestra derecha para volver luego hacia la izquierda, marcando una gran zeta.

La depresión, rastro de algún arroyo, y el Collarada nos marcan la dirección a seguir

Cuando el prado empieza a desaparecer y la pendiente nos ofrece un falso llano volvemos a encontrar hitos. Yo diría que vienen del refugio que hemos visto antes. Los seguimos y nos van llevando hacia lo que parece el inicio de un arroyo seco marcado en la caliza y una pequeña pared caliza con una cueva al fondo.

Nos acercamos al cauce seco. Los hitos van de izquierda a derecha y lo cruzan.

Cruzamos el cauce seco y salvamos esa pequeña pared por la ladera herbosa de su derecha (hitos y rastro de senda en la hierba). Pasamos una zona con un par de pequeños escalones calizos donde alternamos prado y roca y, al llegar a una pequeña explanada, aparece ante nosotros la pala definitiva que nos dejará bajo la cima.

Buscando el paso entre la caliza...

...para enfrentarnos a la pala que nos dejará junto a la muralla.

Un grupo de unos 15 franceses (lo de franceses lo sabremos después, pero por el tipo de grupo casi se podía intuir de lejos) sube en zigzags por la pala. Los seguimos ya que van por los mismos hitos que llevamos nosotros.

Subiendo en zigzag hacia el Collarada. Aquí el terreno no está tan mal.

Nuestra idea era ganar altura y luego ir ascendiendo en diagonal hacia la amplia canal que se abre en la pared caliza que supone el último escollo antes de la cima.  De hecho vemos rastros de senda que se van a nuestra izquierda, pero el más rápido del otro grupo se ha sentado bajo una gran placa caliza blanca y el sendero nos conduce hasta él. El acceso hasta la canal habitual sabemos que es una pedrera desecha, y aquí el terreno se mantiene bastante firme,  así que pensamos “estos algo sabrán” y nos vamos directos hacia esa gran placa blanca.

La placa blanca y el francés de rojo marcan el punto para pasar a la roca. En cualquier caso, aunque el punto rojo no estará, los rastros de senda nos conducen hasta ahí.

En la subida hasta la roca pasamos a todo el grupo y alcanzamos al que se había adelantado, que les espera sentado bajo la placa. Desde donde estamos se ven dos chimeneas sobre la placa blanca, la de la izquierda parece demasiado vertical  así que, sin esperar a los franceses, nos decidimos por la de la derecha y nos metemos en la placa, que no presenta tanta inclinación como parece de lejos, y que además es de roca firme y con bastantes agarres. La cruzamos, empleando también las manos, en diagonal hacia nuestra derecha y nos alegramos de ver un gran hito (no había marcas, o no las vimos, abajo).

El grupo de franceses se afana en la subida...

...y nosotros avanzamos por la roca.

Subimos por la canal, estrecha en su inicio pero muy tumbada,  que nos deja prácticamente con el vértice de la cima al alcance de la mano. Collarada (2.886 m, 2h 20 min).

Esta es la canal que nos encontramos tras pasar la placa...

     ...y esto es lo que se ve superada la canal, el vértice en la cima del Collarada

Tenemos la cima para nosotros solos, así que aprovecho para sacar unas cuantas fotos, que enseguida comienza el goteo de montañeros. Aunque el Collarada está despejado, hacia Francia tenemos el mar de nubes y hacia Balaitus, Infiernos etc  nubes de tormenta, así que las vistas no son todo lo buenas que quisiéramos…pero está el Midi surgiendo entre las nubes, y los Mallos de Lecherín luchando con las nubes francesas, y la Pala de Ip, y Punta Escarra…así que sigue mereciendo la  pena.

La Pala de Ip y Punta Escarra
Las nubes cubren El Sombreo, el Aspe...los Mallos de Lecherín son los únicos que resisten
El Midi, inconfundible, emerge entre las nubes del lado francés

Para bajar nos decidimos por la gran canal habitual, que quedaba a la izquierda según subíamos. Al principio es muy ancha y deshecha, así que hay múltiples caminos marcados. Según bajamos va haciendo embudo y se va cerrando, hasta que el camino es solo uno, por el centro y tenemos que emplear las manos en algún que otro punto, aunque no presenta dificultades.

Mirada atrás, la canal que arriba era ancha...

...se va cerrando según bajamos...

...hasta que solo se puede pasar por el centro

La canal nos deja en una pedrera deshecha que bajamos rápido, buscando la piedra más fina y las zonas más deshechas, para patinar mejor. Aunque parece que hay rastros de senda que bajan directos, supongo que buscando aprovechar la pedrera en bajada hasta el último momento, nosotros tomamos los que se van hacia nuestra izquierda para enlazar con el camino de subida. Visto lo visto, por donde hemos subido nos hemos quitado la pedrera en subida, así que tal como pensamos, esos franceses estaban bien informados.

Mirada abajo desde la pedrera...


...y mirada al camino que dejamos atrás

Una vez alcanzado el camino, solo queda desandar lo andado para volver a la Trapa, donde nos tumbaremos al sol entre los pinos negros a esperar el 4x4.

Y por cierto, cuando bajamos el conductor nos habla del barranco de Azus y un bosque de pinos negros de los más antiguos del Pirineo, con troncos blanqueados que no los abarcan tres hombres… anda que no nos queda Pirineo por ver. ¡Habrá que volver!

(Edito: Por supuesto, hemos vuelto. Y uno de los caminos que más me ha gustado es la subida desde Canfranc por la Vía Russel y al bajada por el ibón de Ip y al Besera, una circular muy exigente, que pide trepar con soltura y tener fondo para cubrir el desnivel. pero sin duda preciosa https://tienequeserporahi.blogspot.com/2020/03/collarada-por-la-via-russell.html). 




Y unas fotos


Las nubes se pasaron el día intentando cubrir al Mallo de Lecherín


El Collarada, visible en toda la subida


Última muralla a superar. Destaca en el centro la gran canal por la que bajamos y la placa blanca (derecha) por la que subimos
 

Unas crías de marmota nos miran curiosas desde la puerta de su madriguera. En la foto se ven dos, yo conté tres.