lunes, 21 de junio de 2021

Vuelta al Vignemale en 6 Etapas. Etapa 6: Refugio de Respomuso-Baños de Panticosa, con ascensión al Pico Tebarray (Julio 2020)

Última etapa del trekking. Después de la etapa larga del día anterior (Etapa 5: Refugio de Bayssellance- Refugio de Respomuso, por el Col de Arratille y el Col de la Facha) hoy nos toca una algo más relajada, con solo unos 700 metros de desnivel positivo que nos van a devolver al punto de partida pasando por otra de mis postales favoritas de los Pirineos y a la que no me canso de volver: los ibones Azules bajo las paredes de los Infiernos.  

Ibón Azul Superior. Los Infiernos a la izquierda. En el centro el cuello del Infierno, Marmoleras a la derecha.

Fecha: 16-07-2020
Distancia: 14,6 km 
Desnivel positivo: 884 m 
Desnivel negativo:  1.383 m
Duración (con paradas): 6 h 
Recorrido:  Refugio de Respomuso  - Ibón Llena Cantal -  Collado de Tebarray – Pico de Tebarray – Collado de Tebarray -  Ibón de Tebarray- Cuello del Infierno – Ibón Azul Superior- Ibón Azul Inferior – Embalse de Bachimaña – Refugio Casa de Piedra (Baños de Panticosa) 
Dificultad: Fácil. Recorrido por sendero. A tener en cuenta la posibilidad de encontrar neveros durante bastantes meses en el acceso al collado de Tebarray y al cuello del Infierno.     
IBP Index: 131

Madrugamos lo justo para comenzar a andar hacia las 8, deshaciendo en parte el recorrido del día anterior (Este), al menos hasta el muro de la presa del embalse de Campoplano. La GR está tranquila a estas horas, se ve que la gente con al que compartimos refugio tira más hacia cimas más prestigiosas como el Balaitous o incluso la cresta del Diablo, como comentaban unos montañeros en la cena. Y como está tranquila...pues nos distraemos y nos saltamos el cruce que, descendiendo a nuestra derecha, conduce al puente sobre el arroyo de Aguas Limpias. Así que, cuando nos damos cuenta de que nos hemos colado, continuamos un poco más, paralelos al cauce del arroyo, hasta llegar a una pequeña presa de hormigón. Cruzamos por ella y descendemos (Oeste) por la orilla del arroyo hasta volver a enlazar con la GR, que ya no abandonaremos hasta el final de etapa. Aquí giramos y comenzamos a ascender (Sur), siguiendo un sendero que va más o menos por el centro del valle, y siempre con la evidente pirámide de Tebarray frente a nosotros.  

Dejamos atrás el refugio de Respomuso.
Al otro lado del valle, la primera pirámide es el Pico Tebarray, uno de los objetivos del día. Dicen las leyendas que los constructores de pirámides, después de ensayar en Egipto, vinieron aquí a construir pirámides, pero esta vez lo hicieron en serio.   


Cerca de la presa del ibón de Campoplano hay que torcer a la derecha, bajando hacia el arroyo...aunque nosotros nos despistamos, a pesar de lo bien balizada que está la GR.

Puente por el que habríamos tenido que cruzar. Nos dirigimos hacia él para retomar el sendero.

Ya en la GR. Al fondo, Tebarray...

...que será una referencia más que evidente al avanzar por el valle.

Aunque, si miramos a nuestra espalda, las vistas son de órdago: Frondellas y Balaitous

Cruzamos el arroyo, que baja con bastante agua alimentado por los neveros bajo Marmoleras y Piedrafita y nos enfrentamos a un primer escalón que nos conduce al Ibón de Llena Cantal. Aquí nos encontramos un pequeño grupo de montañeros, los únicos que veremos en la subida. Desde el ibón ya vemos los neveros que habrá que cruzar para llegar al collado de Tebarray. De momento, incertidumbre sobre su estado, aunque yendo equipados como vamos, la verdad es que tampoco nos preocupa demasiado.  

Nos acercamos a un primer escalón. Lo salvaremos por la zona derecha del valle, más o menos por el centro de la foto. 
Ibón de Llena Cantal. A la derecha Tebarray y en el centro de la foto, el collado homónimo al que nos dirigimos.

Continuamos dejando el ibón a nuestra derecha, ascendiendo por pedreras y neveros (Suroeste) bajo las paredes del Tebarray. Los neveros presentan mucha huella y ya a estas horas están bastante blandos, así que se avanza bien por ellos. Ya bajo el estrecho collado de Tebarray, que queda a nuestra derecha, la pendiente se incrementa y la nieve se hace más o menos continua, cubriendo totalmente la GR. Pero vemos que justo antes de entrar en la canal la nieve se corta y permite acceder al espolón rocoso de la derecha, así que, prefiriendo la roca a la nieve, nos metemos por ahí. Para acceder ponemos las manos, pero luego la dificultad desaparece y nos permite ascender andando sin pisar nieve hasta el mismo collado de Tebarray (2.750 m; 2 h 20 min). 

Seguimos subiendo y las vistas de Frondellas-Balaitus, a los que se unen ahora la cresta de Diablo y el Pico Cristales, siguen pareciéndome magníficas.

Vamos dejando atrás el ibón...

...encaminándonos, primero por pedrera,...

...y luego por neveros, hacia el collado de Tebarray (centro de la foto).
Los primeros neveros se recorren muy fácil. Mucha huella y no demasiada pendiente.

Según nos acercamos al collado la pendiente se incrementa. Evitaremos en parte la nieve en la zona de mayor pendiente cruzando por el espolón rocoso a la derecha del collado (zona de roca del centro de la foto, justo bajo el collado). 

La nieve nos conduce directos al collado. Las condiciones de nieve en ese momento nos permitieron acceder sin problema a la zona de roca de la derecha y ascender por ella hasta el collado. 

El primer tramo del espolón nos exigió poner las manos. Una vez superado continuamos andando.

Collado de Tebarray. Aquí vemos la subida desde arriba.

Y, desde el collado, vistas a los Infiernos, con el ibón de Tebarray, perfecto y siempre de un azul profundo.

Desde aquí, giramos a nuestra derecha (Oeste) y ascendemos siguiendo la amplia cresta y sin dificultades reseñables hasta la cima del Pico Tebarray (2.888 m; 2 h 40 min). Con la cima para nosotros solos nos sentamos a reponer fuerzas, disfrutando de un día de verano totalmente despejado, que ha llegado para cerrar este trekking dejándonos con el mejor sabor de boca posible. 

Ladera hacia el Pico de Tebarray,...

...no tiene dificultades, pero hay que subirlo.

Nos vigilan en la subida Infiernos y, a sus espaldas, el Garmo. 

Cima del Pico Tebarray. Al fondo, vuelven a aparecer Frondellas y Balaitous

Vistas desde la cima. Al sur, Infiernos, Garmo, Argualas y Algas.

Al norte, Frondellas-Balaitus-Cristales.

Al Este, Pico de las Marmoleras, en el centro. A su izquierda Piedrafita, Punta Zarre y Gaurier.

Y una pano. Infiernos, Garmo, Telera, Collarada, Escarra, Ip, Aspe, Anayet... por citar solo algunos de los más relevantes. 

Se está bien en la cima, pero hay que continuar. Descendemos por el camino de subida hasta el collado, iniciando el flanqueo por la pedregosa ladera bajo el pico Marmoleras, dejando el ibón de Tebarray abajo a nuestra derecha, hasta el cuello del Infierno (2.730 m, 3 h 15 min). Por aquí ya empezamos a encontrar muchos montañeros, lo habitual por esta zona.  

Sendero marcado hacia el cuello del Infierno.

Última mirada al Pico Tebarray al sobrepasar el cuello del Infierno.

Y tras el adiós a Tebarray, un nuevo saludo al Vignemale, la mole del fondo, al que creíamos que ya no veríamos más en este trekking.

Un último vistazo a la cubeta del ibón de Tebarray, siempre de un azul profundo, y a la pirámide del Pico Tebarray y comenzamos el descenso. Los neveros se mantienen en el inicio del descenso. El sol ya los calienta, así que la nieve está muy blanda, además con mucha huella, así que no presentan dificultad. Descendemos hasta una primera explanada, donde la nieve se acaba y nos quitamos los crampones, continuando ya por sendero hasta el ibón Azul Superior. Unos metros de subida para salir de la cubeta del ibón y continuamos descendiendo hasta el ibón Azul Inferior. En los ibones la gente ya se sienta en sus orillas buscando el fresco del agua, que no la sombra, que no la hay. Nosotros continuamos descendiendo. 

Neveros en la bajada desde el cuello del Infierno. Estos suelen durar bastante.

Infiernos. Bajo ellos, el glaciar, o lo que queda de él.

Ibón Azul Superior, con el cuello del Infierno justo encima de él.

Ibón Azul Inferior. Buen sitio para merendar y disfrutar de las vistas a los Infiernos.

Vamos acercándonos al embalse de Bachimaña. Cruzaremos el arroyo y nos dirigiremos hacia la derecha, siguiendo la GR que flanquea sobre el embalse.

Tras cruzar el arroyo que baja de los ibones (y como siempre que paso por aquí sacar unas cuantas fotos más de la cascada bajo el Azul Inferior, enmarcada por los Infiernos, para lo que ya empieza a parecer una colección monotemática) iniciamos el flanqueo sobre el embalse de Bachimaña. El sendero recorre entre granito la ladera sobre el embalse, pasando junto al embalse superior y al mucho más pequeño, embalse inferior de Bachimaña. 

Cascada bajo el ibón Azul Inferior. La luz del mediodía no le hace justicia.

Refugio de los ibones. Prácticamente ya hemos superado todo el embalse y enseguida comenzará la bajada de la Cuesta del Fraile.

En el frente del embalse, con el Refugio de los ibones en la otra orilla, seguimos descendiendo por GR. Primero de forma más suave (Suroeste), para cambiar enseguida de dirección (Sur) entrando en una serie de zetas, Cuesta del Fraile, con las que perdemos cota de forma rápida y nos acercamos a la orilla del Caldarés.

A nuestra izquierda, según bajamos, el Caldarés forma sus primeras cascadas.

Nos mantenemos en el GR y, tras superar una pequeña cuesta, seguimos descendiendo (Sur) paralelos al río Caldarés, lo que nos permite disfrutar de sus cascadas, que bajan alegres con las aguas del deshielo. Así, entre fotos de cascadas y barrancos, llegamos a los Baños de Panticosa, nuestro final de trekking (1.640 m; 6 h). 

Cascada en la zona de Bozuelo. 

El ibón de Baños ya a la vista. Esto está ya chupado.

Una última cascada en el Caldarés, ésta ya muy cerca del refugio de Casa de Piedra.

Son las dos de la tarde y hay alguna mesa libre en la terraza de Casa de Piedra. Así que la despedida está clara, bocata y cerveza sentados a la sombra de los árboles que bordean la terraza. Y mientras comemos y bebemos, repasamos los caminos recorridos, los paisajes que más nos han gustado, las fotos que nos llevamos...Toca volver a la rutina, pero en mi caso la vuelta siempre es más llevadera cuando he disfrutado del camino.               

Para el 2021 ya tenemos una nueva vuelta preparada. A ver si acabamos así de sonrientes.


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