miércoles, 14 de noviembre de 2012

Eriste Norte o Bagüeñola Norte o Pico Beraldi

Los Eristes, desde Viadós

Fecha: 18-09-2012
Recorrido: Refugio Viadós (1.760 m) - Bal de la Ribereta - Ibón de Millars - Collado de Millars (2.831 m) - Pico Eriste Norte o Bagüeñola Norte o Pico Beraldi (3.025 m). Vuelta por el mismo camino.
Montañeros: 2
Distancia (Ida y vuelta): 14,99 km
Desnivel (positivo): 1.565 m
Duración (Ida): 3 h 55 min
Dificultad: Fácil. (PD- según las guías).  Sendero evidente hasta el ibón de Millars, después abundantes hitos. Algún punto de usar las manos en la "cornisa" tras superar el ibón.
Track: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=3488247

De nuevo un fin de semana en Viadós. Echo a faltar los días largos y la luna que nos acompañó el año pasado, este nos toco luna nueva, con esa luz que invitaba a sentarse en la puerta del refugio, frente al Posets-Espadas, y disfrutar de los cambios de color de sus laderas según avanzaba la tarde y la noche.

Empieza a caer la tarde sobre las bordas

El resto está todo igual: Viadós precioso aunque se le notaba la falta de agua; la comida estupenda y abundante(sopa, verduras y carne, aunque asombrados nos quedamos con un par de jubilados franceses que estaban en la HRP desde Gavarnie y subiendo a tresmiles por el camino, su capacidad de devorar era asombrosa, muy majos, pero nos los quería en mi mesa...); el refugio a rebosar el sábado a la noche y prácticamente en familia el domingo (buenas risas nos echamos el domingo con un par de catalanes que venían de Estos, pasando por el Posets, y se iban para el Ángel Orús). En fin, lo que en casi todos los refugios,  buena gente de montaña y un entorno para disfrutar.

El primer día repetimos, o mejor dicho repito, la cresta del Sabre al Abeillé. Bonita cresta que no me importó repetir  dando la oportunidad  a mi mujer para que la tache de su lista.

Sabre y Bachimala. Esta vista no la tendremos hasta no haber llegado a la cima de hoy

El segundo día no lo teníamos claro. Tras darle vueltas a las posibilidades más cercanas, y buscando alguno que nos quede por hacer y asequible en tiempo (Culfredas, Veteranos, Picos de la Pez...) nos quedamos con el Eriste Norte (o Pico Beraldi o Bagüeñola Norte, varios nombres para el mismo pico).

Por una vez acertamos, aunque a priori nos daba bastante miedo.  Los otros dos Eristes ya los hicimos en su día, pero en años diferentes, y saliendo desde el Puerto de Sahún. De ninguno de los dos tenemos un buen recuerdo: el recorrido largo, caluroso y, una vez pasados los ibones, sin alicientes excepto la misma cima.

Eriste Norte, desde el Eriste Central

Los tres Eristes, el Norte a la derecha, desde el lado del Bal de  Bagüeña

Pero en esta ocasión nos acompañó el día (soleado pero sin excesivo calor), el camino era claro, agradable en su inicio mientras se mantiene el GR  (sendero, bosque...) y variado en su continuación, cuando ya dejamos atrás el ibón (pequeña cornisa por canchales, pedreras, bloques, una evitable trepadita cerca del collado, más bloques...) y además sin apenas posibilidad de extravío gracias a los numerosos hitos. Lo dicho, acertamos, no habríamos soportado volver desde el Puerto de Sahún solo para esta cima.

Foto desde la parte baja del refugio. Pasaremos entre las bordas y bajaremos al arroyo que dibuja esa línea entre el prado y el bosque 

Salimos del refugio de Viadós y tomamos el camino que pasa entre las bordas. Una vez superada la última, un sendero (GR 11.2, marcas rojas y blancas) surge a nuestra derecha y desciende hacia el cauce del arroyo (Zinqueta de Añes Cruces) que cruzamos por un puente de madera.  Subimos por sendero entre pinos apenas unos metros y tomamos un sendero hacia nuestra derecha para llegar a una zona abierta donde un nuevo cartel indicador nos marca tiempos y direcciones.

El Eriste N apenas destaca en la línea del horizonte (en la foto es el primer pico que aparece a la derecha). A  su izquierda la antecima, que apenas se diferencia en esta toma, y un poco más a la izquierda, y abajo, el collado de Millars. El siguiente collado, el de Eriste. Bajo él, el Bal de la Ribereta.



Por carteles que no sea. Desde luego este camino no tiene pérdida.

Evidentemente seguimos por el GR (dirección general Sureste) hacia el Ibón de Millars. El camino sigue el Bal de la Ribereta, manteniéndose en su margen derecha (o lo que es lo mismo, quedando el arroyo a nuestra derecha según el sentido de la marcha). Hasta haber recorrido un par de kilómetros cruzaremos algunos claros entre el bosque de pinos y avanzando siempre por sendero marcado y sin apenas desnivel.

Tras ese par de kilómetros el prado desaparece y nos internamos en el bosque, donde encontraremos algunos zigzags y una pendiente que más o menos empieza ya a ser continua, aunque sin ser exigente. En un par de puntos encontramos grandes bancos de madera que supongo vendrán de perlas para descansar de las pesadas mochilas, pero que nosotros, más ligeros, no llegamos a utilizar.

Comienza la subida. Al fondo, el Collado de Eriste

Perdemos algo de altura para salir a una explanada donde se juntan un par de torrentes. Frente a nosotros y a nuestra derecha una impresionante pared, lisa y pulida, con una fisura vertical por donde desciende el agua. El aspecto de la explanada, pelada y con árboles caídos por todos lados, nos habla de la fuerza del agua.

La impresionante pared...

...y la explanada con el cruce de arroyos

Atravesado el arroyo, sin dificultad en esta época del año, seguimos en la margen izquierda del valle (según sentido de la marcha), internándonos de nuevo en el bosque y continuando la subida, algún zigzag incluido, hasta salir del mismo a una gran zona herbosa.
 
La pendiente aquí se suaviza y nos da ocasión de ver asomar frente a nosotros, aunque algo a la derecha, el amplio collado de Millars, destacando la antecima piramidal a su derecha y después, casi más modesto por su aspecto redondeado, el Pico Eriste Norte.

El redondeado collado de Millars (primero por la izquierda), la antecima justo a su derecha y sin apenas diferenciación, la cima del Eriste

Cruzamos la profunda huella de un nuevo torrente y nos encontramos con una bifurcación. A nuestra izquierda, atacando al pendiente de forma directa, continúa el GR hacia el collado de Eriste y el Ángel Orús. A la derecha, y manteniendo cota, al menos al principio, se encamina el sendero hacia el Ibón de Millars.

Señal en el cruce. Los ibones están bien indicados

El sendero sube luego, con un par de pequeñas zetas, por los canchales que forma el contrafuerte. La forma más sencilla de orientarse es seguir por él camino hasta el mismo frente del Ibón de Millars (o Millares o Millas...que así lo he visto escrito en otros sitios).

Canchales aproximándonos al ibón de Millars. En el centro, el collado al que nos dirigimos. Ya se empieza a intuir por donde discurrirá el camino

De la esquina izquierda del ibón (según llegamos a él) sale una línea de hitos que por canchales, alguna pequeña pedrera y algún que otro trozos de hierba, donde veremos tímidos trazos de senda, remonta alejándose de la orilla del ibón y acercándose poco a poco a la pared del contrafuerte que queda a nuestra izquierda. Nosotros en la subida no llegamos al ibón, si no que nos salimos del camino unos metros antes y fuimos a buscar de forma directa por los canchales la línea de hitos, pero creo que tampoco es que hayamos ganado gran cosa.

Dejamos atrás el ibón, pero ya vamos eligiendo sitio para parar a la bajada

La línea de hitos gana pendiente al aproximarse a la pared y se mete en una especie de cornisa en la roca que sigue ascendiendo en diagonal por el contrafuerte hasta salir de nuevo a una zona de hierba. La cornisa no tiene dificultad técnica ni es excesivamente aérea, pero exige poner alguna que otra mano y, desde luego, estar atento a donde se ponen los pies.

La orilla del ibón por la que subimos vista desde el otro lado. Tras cruzar la pedrera que se ve a a la izquierda a media altura entramos de nuevo a la hierba y seguimos casi directos hacia arriba en busca de los hitos que siguen por la roca y que nos llevarán a la explanada que se intuye en el centro de la foto
 
Acercándonos a la pedrera

Ya situados en la cornisa por la que ascendemos hacia la explanada


Una vez en la hierba subimos aún unos metros  más para llegar a una zona de explanada. Por lo visto es posible acceder a ella desde la subida del GR al Collado de Eriste (nos encontramos un grupo que estaba dando un paseo y que venía del GR) aunque como no he pasado por ahí desconozco cómo es el camino.

Desde la explanada. Collado de Millars (primero a la izquierda). La antecima parece más alta que el propio Eriste (centro, los dos)

Desde aquí seguimos teniendo a la vista el collado de Millars (lo vemos todo el rato desde el ibón) y el camino sigue siendo más o menos evidente, y la densidad de hitos es más que adecuada, así que no tendremos problema con la orientación.

Nos dirigimos hacia esa rotura en la muralla, algo a la izquierda del collado y bajo la Punta de Millars (a la izquierda del collado)
 
Seguimos, ahora dirigiéndonos algo hacia nuestra derecha, hacia una pedrera que remonta en pequeñas eses por  la base del Pico Millars,  pasamos una zona de bloque faldeando el Pico y avanzamos paralelos, siguiendo por la pedrera,  a una pared que queda a nuestra izquierda y que presenta un par de puntos de "rotura". Aquí los hitos nos marcan varios pasos, el último, por el que subimos nosotros, pide echar las manos para pasar. A la bajada cogimos uno de los primeros y no fue necesario trepar, sin duda mejor opción.

Avanzando entre pequeños bloques. Pronto el terreno estará más deshecho

La pequeña trepada nos deja en una amplia canal, algo deshecha, por la que seguimos ascendiendo siguiendo los hitos hasta salir a una zona de bloques, ya prácticamente en la parte baja del collado de Millars.

De un vistazo toda la subida que hemos hecho desde el ibón...

...y lo poquito que nos queda al collado. La antecima domina el horizonte y nos esconde el Eriste N.

Nosotros cruzamos el collado y nos acercamos al otro lado para ver que había. Pero no es la mejor opción, a no ser que seas curioso como nosotros, ya que es un collado bastante amplio. Lo mejor es dirigirse, justo al llegar a la zona de collado y siguiendo los hitos, hacia la antecima del Eriste Norte, antecima que domina toda nuestra derecha (a la izquierda nos queda el Pico Millars) y que nos impide ver más allá.

Por los bloques de la antecima (no se trata de un tresmil en bajada, es que la foto la tome cuando nos íbamos)

Los hitos van ascendiendo por los bloques, primero paralela a la vertiente del Ibón de Millars y luego dirigiéndose poco a poco hacia la izquierda, hacia la vertiente de Bagüeña. Sin llegar a ascender la antecima, alcanzamos dicha vertiente y nos encontramos con una marcada vira, a ratos con trazos de hierba, que va ascendiendo paralela a la cresta del Eriste Norte, cresta que vamos dejando a nuestra derecha. En algún punto la vira nos pide echar alguna mano, pero sin dificultad.

En el centro de la foto apenas se intuye la vira, in situ estaba más claro
 
Por la vira, este tramo sin dificultades.

Vemos alguna línea de hitos que remonta hacia la cresta, pero como no tenemos claro que nos vamos a encontrar, seguimos la vira hasta que acaba en el contrafuerte este del Eriste Norte. Desde aquí, a parte de una profunda chimenea a nuestros pies, ya tenemos a la vista Eriste Sur y Central. Desde este contrafuerte ascendemos hacia nuestra derecha unos pocos metros por roca y alguna pequeña placa para llegar sin más dificultades a la cima del Eriste Norte, o Pico Beraldi o Bagüeñola Sur (3.025 m; 3 h 55 min).

Salimos a la chimenea, miramos para abajo por aquello del vertigo, pero la foto la hago al frente: Eriste Central y Eriste Sur

Y los dos otra vez, las rocas en primer plano son la cima del Eriste Norte o Pico Beraldi

Disfrutamos de la soledad y tranquilidad de la cima, de las vistas (Posets-Espadas, Perdiguero, Aneto, Bachimala, Culfredas, Eristes...) y de esa rara avis que rara vez se presenta en las cimas, el buen tiempo.  Aprovechamos para recordar, como no, las otras dos penosas ascensiones a los otros dos Eristes, alguna otra a cimas de esos macizos que tenemos a la vista y nos planteamos "posibles" para otros veranos. Total, entre recuerdos, planes y disfrutar del sol se nos fue una hora en la cima.



Macizo del Posets, muy cerca...


...el del Aneto...

y el Perdiguero

La bajada, por el mismo camino hasta Viadós, solo que ahora con una parada obligada en la orilla del ibón. Con paradas y tal nos hemos ido a un total de 9 horas, pero la sensación no ha sido de minutada, si no de "agradable excursión", y esto me suena raro cuando hablo de un tresmil y de 1500 de desnivel ¿me estaré acostumbrando?, ¿me estará empezando a  gustar esto?.

Por cierto, como casi siempre, algunas de las fotos pertenecen a otras salidas por la zona. No es que la hierba haya crecido de la mañana a la tarde...

Y para acabar, altimetría, mapa y un par de fotos más de Viadós, que al menos a mi no me cansa.






 

2 comentarios:

  1. Soberbia crónica y maravillosas fotografías.
    Por cierto, genial nombre para un blog de montaña. "Tiene que ser por ahí...". ¿Cuantas veces lo habré dicho yo?

    ResponderEliminar
  2. Yo creo que eso nos pasa a todos. Lo de "Tiene que ser por ahí..." lo digo muchas veces, a veces incluso acierto y consigo llegar adonde quería ir. Aunque en ocasiones no viene mal equivocarse y aprovechar para descubrir algún un nuevo sitio.

    Gracias por los comentarios.

    Saludos

    ResponderEliminar