domingo, 26 de noviembre de 2017

Córcega GR20: Etapa 3 - Ref. Asco Stagnu - Ref. Tighjettu

El desayuno en la terraza, con un zumo recién exprimido, presagia un día excelente de trekking. Nos espera el Monte Cinto (el techo de Córcega) y un terreno de lo más parecido a Pirineos, que nos hará sentirnos como en casa. 
Paisajes en la falda del Monte Cinto. Roca, pedreras y algunos neveros.

En cierta forma, tras la etapa, nos quedaremos con un puntito amargo por no haber pasado por el Circo de la Solitude, el paso estrella del trekking hasta hace unos años y ahora “desbalizado” y “desequipado”, pero una vez acabado el trekking, ésta es una de las etapas de las que mejor recuerdo guardo. 
Cartel avisando del cierre del Circo de la Solitude. Aunque habla de desviación, ya no lo es, si no que el paso por el Monte Cinto se ha convertido en el trazado oficial del GR, cubriendo la doble marca amarilla con al blanca y roja del GR.

Fecha: 04-07-2017
Montañeros: 2
Distancia: 10,52 km
Desnivel positivo: 1.361 m
Desnivel negativo: 1.109 m
Duración (con paradas): 8 h
Recorrido: Refugio Asco Stagnu (1.425 m) – Pasarela  (1.495 m) – Punta des Eboulis (2.600 m) – Monte Cinto (2.705 m) - Pointe des Eboulis (2.600 m) – Bocca Cruceta (2.454 m) – Refugio Tighjettu (1.685 m)
Dificultad: Moderada, por el desnivel acumulado.
IBP Index: 180
Track en wikiloc: https://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=19371210

Comenzamos a andar casi a las siete menos cuarto. Nos ha costado dejar la terraza y está claro que hoy salimos de los últimos.
Refugio de Asco Stagnu. El desayuno en la terraza es una forma estupenda de empezar el día.
Nos dirigimos al parking de la estación de esquí y allí, frente al Hotel Le Chalet, tomamos el que ahora es recorrido oficial del GR-20. Durante un par de años, tras el accidente en el Circo de la Solitude, el ahora trazado oficial por el Monte Cinto estuvo balizado con las doble marca amarilla de “variante” pero en 2017 ya luce las marcas blancas y rojas habituales. 
Hotel Le Chalet. Frente a él sale el sendero. Sobre él, Bocca Stagnu y la ladera por la que descendimos el día anterior.
Cartel junto al parking, al inicio del sendero.
El camino comienza suave, adentrándose en el barranco de Tighjettu. Vamos recorriendo  el bosque y con el arroyo a nuestra izquierda. Poco a poco el valle se va ensanchando y los árboles van dejando paso a la roca. Cruzamos el arroyo por una pasarela dirigiéndonos hacia un barranco a nuestra izquierda.
Comenzamos el sendero, de nuevo entre pino laricio,...

...pinos que nos dejan fotos preciosas.
Avanzamos por el valle, con el arroyo a nuestra izquierda.

En el centro, la pasarela por la que cruzaremos el arroyo.
Mirada a nuestra espalda. El entorno merece la pena el paseo, aunque a partir de aquí dejamos el bosque y comienza la roca.
Tras la pasarela nos encontraremos un par de puntos de trepada equipados con cadena. Luego, ya en el barranco, el sendero cogerá la ladera de nuestra izquierda e irá subiendo con una pendiente constante, a veces por pedrera, y siempre relativamente cerca de los paredones del barranco. Tras salvar un gran escalón llegamos a una zona llana, de canchales, donde parece que todos decidimos tomar un descanso aprovechando las vistas hacia abajo, hacia el barranco que acabamos de recorrer, y hacia la cresta del Monte Cinto, que aparece sobre nosotros. 
El camino comienza a ponerse entretenido. Paso con cadena.

El mismo paso visto desde arriba. No es gran cosa.
Salvado el paso, seguimos por canchales.
Vista hacia el valle que nos habría llevado hacia el circo de la Solitude. En la esquina derecha, la estación de esquí de Asco.

Y tras los canchales, una pedrera, bastante pesada a ratos, que nos acerca a la muralla a nuestra izquierda.

Tras la pedrera, llegamos a un rellano con la cresta del Cinto ya a la vista sobre nosotros. El camino irá por la zona sombreada del centro para luego faldear bajo la muralla hacia la derecha.

Buen sitio para pararse a descansar, no somos los únicos, y disfruta de las vistas del camino recorrido y de lo que queda.

Retomamos el sendero, que ahora gira y asciende marcando zetas por una pedrera a nuestra izquierda, para luego faldear bajo la muralla del Cinto y retomar la subida una vez salvada la zona más vertical. 
Superamos el faldeo y retomamos la subida. Los neveros quedan fuera del sendero.
Mirada a nuestra espalda. Pedrera...
...y más pedrera hasta la punta des Eboulis.
Una pequeña trepada sin dificultad y de nuevo zetas por la pedrera hasta llegar a la Pointe des Eboulis (2.600 m; 3 h 30 min).  En la subida sufrimos la “compañía” de un pequeño grupo de franceses que van por delante nuestro (piedras que caen en la trepada, imposible adelantarlos pese a ir mucho más lentos e incluso me salvo por los pelos de un bastonazo cuando se paran a mirar, y señalar con los bastones, el paisaje…).
Llegamos a la zona más vertical, donde habrá que ayudarse con las manos.
Superada esa zona ya solo será andar hasta el collado.
Cuesta encontrar un buen sitio. Parece que todos llegamos pensando en sentarnos y descansar-

La Pointe des Eboulis está repleta. Sin duda todos la elegimos para un respiro independientemente de que hagas la GR de norte a sur o de sur a norte. De momento nosotros no paramos. Dejamos las mochilas junto a las piedras de un vivac, nos somos los únicos en hacerlo así, y ya más ligeros seguimos hacia la cresta a nuestra izquierda (Noreste) según llegamos, hacia la cima del Monte Cinto.

Y como muchas otras buenas ascensiones, empezamos bajando. El camino, marcado en la roca con puntos rojos cada pocos metros, pasa a la otra vertiente y desciende unos pocos metros para volver a ascender a la cresta que ha quedado a  nuestra izquierda. Tras avanzar por ella la abandonamos por uno u otro lado, descendiendo unos pocos metros y continuando paralelos a la cresta. En seguida la retomamos mediante una corta y fácil trepada, descendiendo luego hacia nuestra derecha por una amplia canal con grandes bloques, salvando así un gran corte en la cresta. Enseguida retomamos el ascenso, de nuevo por roca firma, ascendiendo más o menos en diagonal hasta casi la vertical de la cima. Una última pala dónde el sendero se marca en la pedrera nos deja en la cima del Monte Cinto o Cintu (2.705 m; 4 h 25 min). El esfuerzo y el recorrido de más vale la pena.
Desde el collado, a nuestra izquierda, vemos la cima. Comenzamos perdiendo unos metros por la derecha de la cresta.
Por si las moscas, además de la procesión de montañeros, el camino hacia la cima está señalizado y marcado con puntos rojos cada pocos metros
Tras la primera bajada, en seguida volvemos a subir hasta la cresta.
Nosotros pasamos al otro lado (lado izquierdo), recorrimos una corta faja y volvimos a subir por una corta canal.
De nuevo en la cresta, la cima del Cinto vuelve a aparecer frente a nosotros.

Aunque para llegar tendremos que volver a bajar al lado derecho de la cresta...
...para de nuevo volver a subir. Se agradece no llevar mochila.
Los últimos metros hacia la cima...
...ahora con un sendero muy marcado que no necesita marcas rojas.
Cruz en la cima del Cinto. El techo de Córcega.
Y por supuesto, la foto obligada.

Tras las fotos de rigor e intentar adivinar por dónde nos llevará el GR en los próximos días o qué montes son los que vemos, desandamos el camino hasta la Pointe des Eboulis. Ahora toca recoger las mochilas y un pequeño descanso antes de continuar.
De  ahí venimos. Hoy ya es el tercer día y esas montañas han quedado atrás.
¿Vamos a esas cimas? El sendero de momento parece dar un rodeo hacia la izquierda, pero ya veremos…la isla no es tan grande.
Vista a la zona de cresta que hemos recorrido y que será el camino de vuelta.

El GR sigue ahora por la izquierda de la cresta (dirección Suroeste) perdiendo poco a poco altura.
Aún y todo, el lago Cinto nos quedará bastante más abajo. Retomamos la subida cuando nos dirigimos a cruzar la cresta. Pasar al otro lado de la cresta conlleva pasar una rota, pero corta canal, que nos deja en Bocca Cruceta (2.454 m; 6 h). Encontramos al otro lado una pelada y empinada ladera, afortunadamente para nosotros en bajada. Nos lanzamos, pues, cuesta abajo siguiendo el pedregoso sendero hacia el fondo del valle. 
Iniciamos la bajada hacia Bocca Cruceta.
El sendero nos llevará hacia el collado recorriendo la parte alta de un pequeño circo.
Lago Cinto. Queda bastante abajo así que decidimos no acercarnos.
Los últimos metro son de flanqueo. El terreno está bastante deshecho, pero se avanza bien.
Lago Cinto, visto desde la vertical de Bocca Cruceta.

Bocca Cruceta.
Vista al camino recorrido desde la Pointe des Eboulis.
Últimos metros a Bocca Cruceta. Alguna mano hubo que apoyar para cruzar al otro lado de la cresta.
Esta es la pedrera que nos encontramos al otro lado. En bajada no es mala y se salva rápida. Subirla tiene que costar un buen rato.
Desde Bocca Cruceta ya tenemos a la vista el refugio, justo en el centro de la foto, en la zona verde.

Finalmente la pendiente se suaviza y va apareciendo roca firme. Luego incluso empezará la vegetación.  Ya con el refugio a la vista, el descenso se convierte en flanqueo. Un último corto repecho nos deja en el refugio de Tighjettu (1685 m; 8 h). Vemos mucha gente que continúa, el refugio U-Vallone está como a media hora y es también una buena opción. 
Pasada la pedrera, atravesaremos una zona de rocas y canchales (zona central de la foto) para salir a una zona cubierta de arbustos.
En la zona de arbustos nos encontramos un arroyo. Buen sitio para reponer fuerzas y hacer tiempo antes de dirigirnos al refugio.
Llegamos al refugio. Una última subidita.
Refugio Tighjettu.
El refugio Tighjettu, básico, como la mayoría: una tienda bastante bien surtida, un comedor-cocina libre también bien equipado, y dos pequeños dormitorios con literas corridas y poco espacio para dejar los trastos. La ducha bajo el refugio y el WC en una caseta, ladera abajo. Aunque no me preguntéis por qué, pero éste tiene más ambiente a refugio alpino, puede que sea por la situación del refugio, pero también por el guarda. Al menos con nosotros, estuvo agradable y simpático.

Como hemos llegado temprano podemos disfrutar de una ducha “templada”, todo un lujo. El agua llega al refugio por una manguera, estando la captación bastante lejos, por lo que el sol calienta la manguera y el agua, pero solo lo disfrutan los primeros en llegar. Así que ya sabéis, los descansos los justos.

El refugio y los alrededores están hasta los topes, por lo que la cena irá en dos turnos. Unos entremeses, pasta y un postre de manzana nos dejan más que satisfechos. El “txupito-espectáculo”, por llamarlo de alguna forma y no hacer spoiler, pone una nota alegre al final de la cena.

La conversación, tras la cena y mientras hacemos tiempo para que acabe el segundo turno, se acabe el jaleo y podamos irnos a dormir, se centra en la etapa reina, la que nosotros hemos hecho hoy y que asusta a algunos de los que vienen del Sur. Descubrimos que es muy habitual la opción de hacer solo medio GR, concretamente la parte Norte con Vizzavona como inicio o final, aprovechando su estación. Indudablemente es una buena opción si no se disponen de tantos días o se quiere disfrutar solo de la parte alpina.  

Se pone el sol, fuera comienza a hacer frío y la gente va desapareciendo en sus tiendas. El comedor está ya mucho más tranquilo así que nos vamos a la cama. Es pronto, muy pronto, pero mañana también se madruga...

Perfil de la etapa de hoy. Bonita subida y bonita bajada.