lunes, 10 de octubre de 2011

Tête Blanche y Petite Fourche (10-08-11)

Tras unos cuantos años pasando parte de las vacaciones en Pirineos, este año decidimos cambiar y acercarnos a los Alpes, más que nada para ver como es aquello. Íbamos sin ascensiones o paseos preparados, la decisión fue de muy última hora, y conscientes de que nuestro escaso conocimiento de la técnica de ascensión invernal nos iba a dejar sin acceso a los grandes y con muchísima envidia.

Después de unos cuantos días de “randonne” por los alrededores de Chamonix, nuestro campo base, nos informamos y buscamos algún tresmil bonito y asequible que nos quedase cerca. Los elegidos fueron la Tête Blanche y la Aguille du Tour, desde el glaciar du Tour, y la Torre Saliere, desde el Lac du Emosson. 

A este último, que debe ser de los “poco frecuentados”, no conseguimos llegar (perdimos o equivocamos las líneas de hitos y las idas y venidas nos consumieron el tiempo y las ganas) pero los otros dos cayeron, así que vamos con el primero de ellos (y la propina del Petit Fourche que, ya que estaba al lado, también cayó )

Aiguille du Chardonnet y Glaciar du Tour

Ruta: Col de Balme - Refugio Albert I - Glaciar du Tour - Col Blanc - Tête Blanche (3.429 m) - Col Blanc - Col des Fourches - Petite Fourche (3.520 m) - Col Blanc - Refugio Albert I - Col de Balme
Fecha:10.08.2011
Montañeros:2
Dificultad: Moderado a Tête Blanche (Principal dificultad: Glaciar) y algo más difícil a Petite Fourche (al glaciar le unimos la pendiente de acceso al Col des Fourches y las trepadas ¿II? en la cresta hasta la cima)
Distancia recorrida (total):17,12 km
Desnivel acumulado (subida):1.635 m
Tiempo total (incluyendo paradas):7 h 31 min
Track: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=2057592

Una de las peculiaridades de Chamonix son los teleféricos, las telecabinas y los remontes que, también en verano, te dejan  a buena altura y te permiten un acceso más cómodo a algunos puntos singulares. Casi todos los glaciares tienen alguno funcionando para que el turista se acerque y parece ser que han puesto de moda el descenso, a pie o en bicicleta, en vez de la sufrida ascensión.
Glaciar du Tour, desde el parking

En el caso del  Glaciar du Tour, y como somos unos vagos,  cogimos primero una telecabina en el pueblo de Le Tour y según nos deja la telecabina un telesilla que nos sube al Col de Balmes, a unos 2.000 metros.
Inicio del camino en el Col de Balme. Eso del fondo es el Mont Blanc. A la izquierda, justo para salir en la foto, Les Grands Motets, los Drus y la Aiguille d'Argentiere

El primer objetivo es el Refugio de Alberto I, lo que no presentará demasiados problemas de orientación ya que si de algo hay en Chamonix son letreros indicando a donde va a parar cada sendero e incluso, cuanto se tarda a paso turista.

En cualquier caso, según salimos del telesilla un muy marcado sendero queda a nuestra derecha y asciende suavemente por la ladera. Las vistas del valle de Chamonix, de la Aiguille Verte y del Mont Blanc merecen la pena.  
En el centro de la foto, en una pequeña explanada se adivina la estación del telesilla. El camino ya recorrido es la traza que faldea a la derecha de la foto.

Pasamos junto a un pequeño lago (que no vemos si no nos acercamos siguiendo el desagüe del mismo), sobrepasamos el cruce del sendero que sube de Charamillon (donde nos dejó la primera telecabina), remontamos un par de zigzags en la ladera (el desnivel tiene que estar en algún lado y hasta aquí ha sido muy suave).
Vistas de las Aiguilles Rouges desde el camino de subida al refugio Albert I

Atravesamos en descenso un par de pasos con barandilla en la roca y seguimos descendiendo para llegar a la morrena del glaciar du Tour por la que ascenderemos paralelos a la lengua del glaciar hasta el refugio (2.700 m; 1 h 30 min).
Vista atrás al camino que nos deja en la morrena.

Esa "S" o "serpiente" que se marca en la zona de rocas es la morrena por la que subiremos al refugio, situado justo donde termina la S, aunque en la foto apenas se aprecia. A la izda de la foto, la preciosa Aiguille du Chardonnet.

De nuevo las vistas merecen el camino, la Aiguille du Chardonnet y los bloques azules del Glaciar du Tour componen una preciosa instantánea que justifica con creces el paseo, y así lo entienden los numerosos turistas que visitan la zona.
Glaciar du Tour y la Aiguille du Chardonnet, preciosas vistas...
...que evidentemente no somos los primeros en descubrir. Así de concurrida estaba la morrena cuando pasamos por la tarde.

Pasamos tras el refugio en busca de una zona de canchales donde una línea de hitos discurre paralela al glaciar y nos deja en una pequeña explanada cubierta de pequeñas rocas donde sin darnos cuenta ya estamos pisando el hielo. Aquí nos ponemos los crampones comenzamos a adentrarnos en el Glaciar du Tour (2.800 m; 1 h 45 min).
Refugio Albert I

Una marcada huella, dejada por los que estaban en el refugio y han salido a una hora más normal, no como nosotros, nos indica claramente el camino. Hay que reconocer que en ese sentido hemos tenido suerte, las nevadas caídas los últimos días han dejado el glaciar cubierto de una capa de nieve fresca donde la huella es claramente visible, incluso en sus cotas más bajas donde un par de días más tarde solo habrá hielo y costará más decidir la traza adecuada.

En general ascenderemos por el glaciar hacia el Sureste, hasta que para acceder a la última loma giramos algo hacia el Sur y luego, siguiendo esa loma y con el Col Blanc ya a la vista, la dirección pasa a ser Este e incluso Noreste.

Pero vamos por partes. Primero, nada más ponernos los crampones, subimos hacia el este en diagonal por el glaciar, con alguna grieta en esta zona, hacia unas rocas que afloran entre el hielo frente a nosotros. Las cruzamos sin quitarnos los crampones ya que son solo cuatro o cinco metros y las vamos bordeando retomando la dirección sureste.

Ascendemos en diagonal hacia la derecha cruzando las tres líneas de roca del centro de la foto. Las dos primeras son roca suelta, en algunos casos sobre el hielo.

Justo pasada la tercera línea de rocas. Aquí, excepto en pequeñas grietas, dejamos de ver el hielo.

La pendiente se suaviza y en seguida dejamos a nuestra izquierda la muralla y vamos girando hacia el sureste, para que quede la aguja de Chardonnet casi frente a nosotros, mientras seguimos ascendiendo.
Vista muy general del recorrido. Pasamos cerca de los contrafuertes rocosos del centro de la foto y giramos a la derecha para seguir ascendiendo la tendida pendiente hasta salir de la foto por la derecha.  Alcanzada la nueva pendiente volvemos a continuar subiendo hacia la izquierda

Alcanzada la loma volvemos a girar al Este, manteniendo durante un rato la cota, y acercándonos a las estribaciones de la Aiguille du Tour y pasando cerca de la parte baja de la canal du Tour, la cual quedará a nuestra izquierda.
Vista atrás. El glaciar también estaba bastante concurrido, aunque no son los mismos que en la morrena, estos en general iban  bien equipados.

Inicio de la Canal Superior du Tour que nos daría acceso al Plateau du Trient. La dejaremos a nuestra izquierda

Aquí el camino gira hacia el Sur (la Aiguille du Chardonnet a nuestra derecha) para subir una nueva loma. Alcanzada ésta, giramos hacia el este y seguimos ascendiendo en busca de un amplio collado, Col Blanc, cubierto de nieve (cuidado con las cornisas).
Daba gusto avanzar por el glaciar. Las pendientes eran relativamente suaves, no se apreciaban grietas y la nieve caída los díasa anteriores lo había dejado de un blanco casi inmaculado

El pequeño  montón de rocas que, a la izquierda del collado (Noreste), levanta apenas unos metros del glaciar es la Tête Blanche. Sin quitarnos los crampones pasamos por los bloques que la forman y llegamos a la cima (Tête Blanche, 3.429 m, 3h 40 min).
Tête Blanche, en el centro de la foto tomada desde el Petite Fourche. Apenas unos metros de roca separan la cima de la Tête del glaciar. La cara que da al Plateau du Trient no tiene nada que ver.  En segundo plano, dominando la foto, la Aiguille du Tour, objetivo marcado para un par de días después.

Las vistas son impresionantes, pero el glaciar ha sido fácil, no había grietas y las pendientes eran suaves. Además, del glaciar a la cima no hay nada, apenas unos metros, así que nos hemos quedado con ganas de más.

Mientras comemos algo y sacamos fotos nos planteamos otros objetivos. La Aiguille du Tour, la otra posible opción que barajamos el día anterior, queda lejos y no tenemos claro si podríamos acceder fácilmente al Plateau du Trient desde donde estamos, pero justo al otro lado del collado vemos a un grupo de unos cuatro montañeros subir a un pico, es el Petite Fourche. Desde la Tête los vemos subir por una buena pendiente de nieve, aunque corta, que acaba en un collado y luego progresar por la cresta. La pregunta es ¿lo intentamos? y la respuesta, claro está, fue “vamos allá”.
Petite Fourche desde la Tête Blanche. El camino de subida claramente marcado en la nieve.

Volvemos al glaciar y avanzamos paralelos al Col Blanc (Sur, Sureste), aunque alejados de su borde. Cuando llegamos el grupo de montañeros ya está descendiendo la pendiente de nieve, así que esperamos abajo a que nos dejen libre la huella.

Subimos por la pendiente, con algún zigzag, hasta asomar al otro lado en el Col des Fourches, y en mixto progresamos por la cresta (a la izquierda de la pendiente de subida, Este) por grandes bloques de granito, utilizando también las manos.
Subiendo la pendiente nevada.

Pronto nos quitamos los crampones, la roca estaba muy limpia, y además como la cresta se vuelve más aérea, la bota nos daba más seguridad.  Un pequeño paso de esos de caballito o bavaresa, evitable unos metros más abajo en una zona donde se acumulaba la nieve y no quisimos pisar, una pequeña trepada (2-3 metros por un magnífico granito) y ya estamos en la cima del Petite Fourche (3.520 m, 4h 40 min). Nuestro segundo monte de más de 3.500 (el primero fue el Teide, pero no tienen nada que ver). 
Por aquí hay que pasar...
..aunque éste paso puede que pisando nieve podríamos haberlo evitado, pero el magnífico granito invitaba a trepar

En la cima. Eso de ahí atrás es la Aiguille d'Argentiere.

La vuelta por el mismo camino, además hay que recoger los crampones, extremando la precaución en la pendiente nevada de acceso al Petite Fourche.

Una vez ya en el glaciar, con el magnífico sol que luce y calienta como si esto no fuesen Alpes, la nieve caída el día anterior está ya como sopa y han aparecido infinitos regueros de agua así como alguna que otra pequeña grieta que esta mañana no vimos.

En cualquier caso, el descenso sigue el mismo camino de subida, si acaso con pequeños desvíos en función del agua o las grietas y en muy poco tiempo nos deja en la explanada al borde del glaciar donde nos quitamos los crampones y aprovechamos para comer y beber.

Después de esta parada, nos entran las prisas, y  tiramos ya para el Col de Balme, que el último telesilla era a eso de las 17:15 y no queríamos perderlo, aunque viendo que íbamos  bien de tiempo, la verdad es que aprovechamos para sacar fotos y fotos del glaciar, y aun y todo a eso de las 16: 30 ya estábamos montando.

Como disfrutamos en el glaciar (suave, sin apenas hielo aflorando y casi sin grietas) decidimos volver por aquí otro día, objetivo la Aiguille du Tour, pero eso si, por su camino fácil. Si puedo será la siguiente descripción. 

Os dejo el mapa, la altimetría y algunas fotos.





Aiguille du Chardonnet y Glaciar du Tour

Glaciar du Tour en su parte baja. Afortunadamente por aquí no hay que pasar.

Glaciar du Tour en su parte baja. En un día soleado como el que tuvimos, precioso para sacas fotos

Mont Blanc desde el Col de Balme

Huellas de paso en el Glaciar du Tour

Aiguille d'Argentiere

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